UNA “CONGREGACIÓN SINODAL”

Congregación sinoidal

Carta anual del superior general

El pasado 7 de junio, Solemnidad de la Santísima Trinidad, el Superior General de la Sociedad de San Pablo, P. Valdir José de Castro, publicó su carta que anualmente dirige a todos los paulinos.

Desde su elección, el p. Valdir se ha dirigido a sus cohermanos en el mundo, haciendo énfasis en las 4 ruedas del conocido “Carro Paulino” (Santidad, estudio, apostolado y pobreza), en donde ha señalado la importancia de redescubrirnos en la persona de San Pablo con el carisma heredado de nuestro fundador para afrontar los restos de la nueva evangelización en la cultura de la comunicación.

Este año, siguiendo un poco los lineamientos que el Papa Francisco ha sentado en los últimos años en la Iglesia, ha querido dirigirse a los paulinos con el tema de la sinodalidad que marca también un anticipo al XI Capítulo General de la Congregación a celebrarse el próximo año, pero que también pone sobre la mesa, el desafío que como comunidades tenemos en el mundo actual: caminar juntos.

“La apelación del papa Francisco a caminar juntos nos introduce en la reflexión de esta carta, que versa exactamente sobre la sinodalidad, un “estilo de Iglesia” sobre el que está insistiendo el Papa desde el comienzo de su pontificado, poniéndolo como compromiso programático”, nos dice el superior general al inicio de su carta.

Más adelante, pondrá de manifiesto la necesidad de la sinodalidad que tiene la evangelización en tiempos modernos y, que la Iglesia está emprende desde hace tiempo, tanto así que será punto de reflexión en el próximo, a propósito, Sínodo de los Obispos para el año 2022.

“Esta carta, aunque con sus límites, intenta despertar el compromiso por la sinodalidad”, nos advierte al término de esta carta que intenta iluminar nuestro caminar como Congregación, pero visto desde un su aspecto metódico, “que debe instarnos también a nosotros, Paulinos, a asumir un estilo de vida que valorice a cada persona, motive a cada uno a sentirse realmente parte de un “cuerpo”, que siempre ha buscado saber interpretar los signos de los tiempos y abrirse paso en el anuncio del Evangelio.