SALUDO DEL PADRE GENERAL VALDIR JOSÉ DE CASTRO

El XXIII Capítulo Provincial de la Provincia España de la Sociedad de San Pablo ha iniciado con buen suceso, como no podría ser de otra manera. Con el saludo del Superior General, p. Valdir José de Castro, se ha iniciado la fase iluminativa del Capítulo, en el que se pretende poner sobre la mesa la actualidad de la vida eclesial, la realidad de la vida religiosa en España y los desafíos para el apostolado en una época de cambios inminentes.

El p. Valdir nos ha animado a seguir un camino de “sinodalidad”, tal como ha insistido anteriormente, tanto en la última carta que anualmente dirige a la Sociedad de San Pablo, como en la carta con las líneas programáticas que nos dirigía para este Capítulo. A su vez, ha hecho referencia a tres características esenciales que debe tener todo sínodo o, en este caso, un Capítulo provincial o general: Libertad, verdad y caridad.

Por otro lado, enfatizó acerca de la importancia de la escucha en las comunidades para un fructífero discernimiento, es decir, para dar paso a la luz del Espíritu Santo. Un discernimiento que invita a salir, no a encerrarse en sí mismo, sino a abrirse. Caminar juntos significa discernimiento y esto puede darse solo al hablar con parresia, es decir, hablar con franqueza, insistió el General.

También, nos interrogó si al hablar de sinodalidad hacemos de esta palabra, más que un concepto o idea, un estilo de vida: ¿Trabajamos juntos, pensamos juntos? En este mismo camino sinodal, la autoridad tiene un papel importante como animador más que como gestor, una autoridad fraterna, al servicio de los demás, dejándonos guiar por la lógica del Evangelio.

Sin embargo, para poder caminar juntos es necesario una renovación, sentenció el padre General: renovar la forma de pensar, según el Evangelio; renovar la mente para no dejarla envejecer. Para don Alberione esto es conversión, quien a su vez pensaba que todo depende de la mente, de cómo pensamos.

Para concluir, el padre general nos ha animado a seguir caminando juntos, en una misión que se realiza en conjunto, a ejemplo de las primeras comunidades cristianas, con la exigencia de compartir y vivir juntos en las prácticas diarias.