ALGOR-ÉTICA

Por: Darlei Zanon, ssp

A principios de este año 2020, cuando la pandemia aún no había mostrado su ferocidad, el Vaticano promovió una serie de eventos sobre inteligencia artificial (IA), un tema que ahora es replanteado por el Papa Francisco en la intención de oración del mes: “Oremos para que el progreso de la robótica y la inteligencia artificial esté siempre al servicio del ser humano”.

Durante mucho tiempo, la Pontificia Academia para la Vida trabajó -junto con directores de IBM, Microsoft y miembros de las Naciones Unidas- en la redacción de una “carta” o pacto sobre ética en el campo de la robótica y la IA. Titulado “Rome Call for AI etichs” (algo así como “Apelo de Roma por una ética para la inteligencia artificial”, que se puede leer en www.academyforlife.va), la declaración busca establecer algunos principios fundamentales que hagan a la tecnología más humana y accesible a todos. Esta carta fue presentada públicamente durante el convenio «¿El buen algoritmo? Inteligencia artificial: ética, derecho, salud», celebrada en Roma del 9 al 13 de febrero de este año. 

Uno de los grandes especialistas en esta área y protagonista en el diálogo con las grandes empresas tecnológicas es el fraile franciscano Paolo Benanti. El sacerdote italiano es una presencia constante en varios eventos internacionales sobre IA y una persona de referencia en el Vaticano para la dimensión de la ética. Con ocasión de la presentación del documento “Rome Call for AI etichs”, el religioso afirmó que “hoy la inteligencia artificial nos interroga y ante el hecho de que el ser humano es siempre más maquinaria es necesario trabajar por una humanización de la técnica. Los algoritmos deben incluir valores éticos. El desafío está abierto: se trata de poner un barandal de protección ética en las máquinas. Si queremos que las máquinas sean un apoyo para la humanidad y el bien común, sin reemplazar nunca a los seres humanos, entonces los algoritmos deben incluir valores éticos y no sólo valores numéricos».

No hay duda de que hoy en día la innovación digital afecta todos los aspectos de la vida, tanto personales como sociales, desde la forma en que hacemos las cosas hasta la construcción misma de nuestra identidad. Por tanto, no podemos estar a merced de una tecnología no regulada a nivel ético. Las grandes decisiones y acciones no pueden ser definidas únicamente mediante algoritmos o cálculos matemáticos. Es esencial pensar en parámetros éticos que ayuden a delimitar y orientar el avance tecnológico, especialmente en el campo médico, económico y social.

La atención del Papa Francisco a este tema es notoria y muy significativa. Constantemente el Sumo Pontífice expresa su preocupación por el avance tecnológico puramente instrumental y con objetivos económicos. Las encíclicas Laudato Si’ y Fratelli tutti son claros ejemplos, pero varios discursos y mensajes tocan este mismo tema, siempre exaltando la necesidad de pensar en la tecnología con criterios humanos y éticos. La intención de oración de este mes se coloca en el mismo itinerario. Al mismo tiempo que nos pide que oremos por el «progreso de la robótica y la inteligencia artificial», que obviamente aportan numerosos beneficios a los seres humanos y a la sociedad, el Papa también exhorta a la robótica y a la inteligencia artificial a «estar siempre al servicio del ser humano». Nos invita a orar por la concretización del pacto establecido en El Rome Call for AI etichs, promoviendo entre las diversas empresas tecnológicas, organizaciones, gobiernos e instituciones un sentido de responsabilidad compartida que tiene como objetivo esencial garantizar un futuro en el que las innovaciones digitales y el progreso tecnológico estén «al servicio del ser humano» y no en su sustitución.

Sobre todo, después de los eventos ocurridos a principios de este año, se utilizó el término «algor-ética», es decir, el desarrollo y uso del algoritmo y la inteligencia artificial de acuerdo con los principios éticos, tales como transparencia, inclusión, responsabilidad, imparcialidad, confiabilidad, seguridad, privacidad, etc. Que durante este mes, mientras oramos por esta intención propuesta por el Papa, cada uno de nosotros también se esfuerce por reflexionar sobre los impactos de la tecnología en nuestra vida cotidiana, especialmente en el ámbito social, familiar y eclesial. ¿Qué cuestiones teológicas y antropológicas plantearon este avance en robótica e IA?

*Darlei Zanon es Hermano, discípulo del Divino Maestro, consejero general.